jueves, 7 de agosto de 2014

SUPRESIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA COMPAÑÍA

SUPRESIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA COMPAÑÍA
Lectura sapiencial en tiempos de poda
Benjamín González Buelta S.J.




1. Un signo de muerte y de vida.
Cuando avanzaba la disolución de la Compañía por Portugal, España y Francia, entre los más empeñados en esta tarea de exterminio, corría de mano en mano un dibujo llamado “árbol jesuítico”. Las ramas gruesas tenían el nombre de las naciones donde estaba enraizada la Compañía, las ramas pequeñas el de las provincias y las hojas el de las ciudades donde vivía alguna comunidad de jesuitas. El hacha se afilaba en las cortes borbónicas para ir cortando las ramas una tras otra. En el evangelio de Juan encontramos la parábola de la vid y los sarmientos (Jn 15,1-11), que nos acompañará como hilo conductor en esta reflexión sapiencial. En ella Jesús se comprende a sí mismo y se explica ante sus discípulos de todos los tiempos. Durante los cuarenta años en los que la Compañía estuvo suprimida los jesuitas vivieron un proceso pascual muy intenso. Leer estos años sólo con lenguaje de injusticia, de lamento y de pérdida, no respeta la obra de Dios ni la inspiración y novedad que él nos ofrece en toda poda, el Padre es el agricultor y puede convertir los hachazos dirigidos hacia la muerte en un futuro de vida de más calidad para tiempos nuevos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario